Otra bestia, un predador.

Se trata de un asesino silencioso. Confunde a sus víctimas, las lleva a la misma trampa de la que se huye y, luego, no las mata, sino que las obliga a morir entregándolas a las otras bestias.

Este ser es un artista del engaño. Dicen que es como un lagarto camaleón, pero informe, más cercano a un arácnido cuando así conviene. Sin embargo, para su arte fatal, viste trajes de colores, semeja negocios, tronos, flores, amores.

Lo especial de este predator es que, pese a sus disfraces, todos lo reconocen. Aún así, nadie puede resistir su tentación. Seduce. Gusta.

Yo mismo he visto a este animal, y acepto que su fuerza es grande. Su cercanía es dulce y la sensación que ofrece es reconfortante. Pero al final, luego del placebo, o me obligará a morir, o me entregará a las otras bestias.

Algunos dicen que prefiere a víctimas jóvenes, pero yo he visto entre sus presas a gente de toda edad.

Esta es una de esas bestias raras que no viven dentro del bosque, sino fuera. Habita en espejismos alegres, cerca de los precipicios de la razón, mismos que vuelve invisibles hasta que es muy tarde para sus víctimas.

Em donde habita, existen prados verdes, coronados de arcoiris y agasajados de mariposas. Mas, de un espejismo se trata, la misma trampa es; pues, se sabe que en al abismo es a donde lleva sus vícimas.

Es cruel, despiadado, feroz pero sutil, dulce, agradable, narcótico.

Ah si... su nombre: en estas regiones del globo, se le conoce como Ilusión.