Wednesday, August 12, 2009

Mariposa negra.



Ay, mariposa!

Tenías casa de seda. Puede que en ella no te hayas sentido tan bella, pero tenías casa de seda.

Era un lugar cómodo, apacible y acogedor. Lejos estabas, allí, de toda amenaza. Y a mi me gustaba, porque así podía contemplarte cuando yo quería.

Mas un día decidiste, vanidosa, destrozar tu casa de seda. Otros aires quisiste respirar. En tu vanidad, querías buscar otros ojos que te contemplen.

Roto el nido, vacío lo dejaste. Te miraste libre, amplia, esplendorosa; más bella te dijiste. Mas no te diste cuenta, que negras eran tus alas. No supiste ver que el árbol en el que apoyabas tus falencias era robusto y bello también.

Ahora te has ido de ese árbol. Y nada tienes que buscar ahí, porque te has ido, y vacío ha quedado. Nada hay ya.

Tampoco te diste cuenta, que ése árbol te ofrecía la inmortalidad, pegada a él, alimentada de sus entrañas, cobijada en su sombra y contagiada de sus virtudes. Es que, mariposa, tus alas solo durarán algunos días.

Que no sabes, mariposa, que tu vuelo errático, solo atrae a las sabandijas que te quieren por presa? Que no sabes, mariposa, que mientras más lejos estás del árbol, más difícil regresar? Que no has visto, mariposa, que tus alas son negras?

Es de luto tu vuelo. Es triste tu vaivén. Es penoso tu peregrinar. Tus alas no brillan: te hacen sombra. Tu belleza no basta, cuando se extraña la seda suave, cuando tus alas se han doblado, cuando te faltan las fuerzas, y te sobra el orgullo.

Porque con desdén dejaste al árbol, pensando que no lo necesitarías. Luego te faltaron las fuerzas, mas el orgullo te hizo pensar, que la distancia era prudente para regresar.

Ahora estás lejos. Aún miras a tu árbol, porque éste ha crecido. La savia que antes te ofrendaba, le ha servido para erguirse. Su follaje está alto, y se ve a la distancia.

El árbol está verde. Y tus alas son negras. El árbol se ha hecho más fuerte. Y tus alas están rotas.

Él te mira. Ahora solamente el árbol te mira. Ya no te contempla. Te mira, y estás agónica luchando contra tus propias alas, que se cierran sobre tu cuerpo cortándote la respiración. Ahora ya viste, mariposa, que tus alas son negras.

Y tu agonizas, y el árbol quedó vacío.Morirás, mariposa, porque tus alas pesan mucho y son negras y asfixian y disgustan y matan.

Pero tu muerte, una vida. El árbol, vacío, cuantas vidas?