Thursday, March 8, 2012

Estoy con bichos

Eso es lo que te dicen de niño cuando tienes parásitos en el estómago: "estas con bichos".

Acaso a nadie le ha pasado? Quien esté libre de bichos que tire el primer comentario. Y es que así me siento yo. Para quien haya seguido este blog, y haya podido leer entre líneas, le será fácil entender el por qué de mi afirmación. Y es que, muertas las mariposas, ¿qué tipo de alimañas podrá albergar la barriga? Pues cualquier otra alimaña, claro. A la final, el espacio se encuentra disponible para ser ocupado por la primera especie necesitada de cobijo.

Y así sucedió. Por aquí ha pasado más de un parásito, a disfrutar de lo que puede tomar y a dejar lo que le pueda sobrar. Tampoco quiero pasar por víctima de etíope hambruna, pues si tanto animal he cargado, es porque tanto animal he comido. Si, pues: primero el gozo y luego el bicho pegado a mi. No se si tenga mucho sentido, pero he sido yo quien ha optado por cargar alimañas. Puede ser que, por el hambre general, y el vacío dejado por las ex residentes mariposas, haya yo olvidado cómo cuidar mi alimentación. Pues chatarra he comido últimamente, y no era fea, ni poca, ni toxica. Pero tampoco me ayudaba mucho. Solo mataba el hambre.

Pues, la cosa es, que traté de desparasitarme, comiendo "light". Así vinieron dietitas vegetarianas, sin mucha sal y sin mucha azucar, platos bien presentados pero con poco contenido calórico, otros muy calóricos pero nada sabrosos, otros sabrosos pero no muy bien presentados y, en fin, que se ha comido de todo. Nada, sigue la sensación de pesadez.

En el afán de sacarme esta grosera enfermedad, probé un plato típico de Krosvygrado (o era de la República de los Cocos?), consistente en fetuccini al pesto y carne cocida al estilo tailandés (el famoso pesto-tay). Y no tienen idea lo bien que se siente. muy recomendable, pero no me quiten el plato.

Así, con tal extraña receta, no solo que salieron las alimañas (no explicaré cómo ni por dónde), sino que descubrí que algunos de los asquerosos gusanos que alli (aqui) vivian, no eran nuevos residentes, sino que eran sobrevivientes de la extinta raza de Mariposa Atlante, que, entre bilis y otros ácidos, había dejado sus huevos en mi interior (léase de manera poética, si se puede). Libres de la competencia monopólica de las otras especies desterradas, estos extraños gusanitos repoblaron el tracto digestivo, y comenzaron a hacer pupas (bolas de filamentos textiles que excretan los mismos animales) del tamaño de bolas de golf. Esto me causó muchas molestias, así que intenté desacerme de ellos de una vez por todas. No se dejaron.

Extraña especie la de estos gusanitos: llegan al borde de la extinción, y son incapaces de crecer hasta que se les da la mínima oportunidad; luego, uno no se deshace de ellos.

Enquistado el bicho, algo extraño: mariposas mismo han sido. Más extraña la sensación: hambre pero de una sola cosa, eterna necesidad; perenne faltar algo, imprescriptible extrañar.

Asi me encuentro ahora: Schmetterlinge im Bauch, lleno de bichos; es decir, de un solo bicho, que acapara todo, que mueve todo, que puede todo. Que cambia todo.

Simpático esto.

Como siempre, no escribo para todos, así que habrá necesidad de leer entre líneas, para variar. A quien pueda entender, buen provecho.

Ya ven por que no he escrito?

:)