Friday, May 10, 2013

Llaves rosas.


Llaves rosas son las que permiten el ingreso a mis dominios. Con ellas, se abren todas mis puertas y se cierran todas mis ventanas.

Yo no tengo llaves rosas: encerrado estoy en mi. Es, mi reino, una amplísima cárcel, donde cuento soles y lunas como tu cuentas borregos, para poder dormir. Así se devienen mis días, cada día compuesto por muchos años, cada año compuesto de unos pocos segundos.

Es amplia mi cárcel, en ella gozo de las mayores bondades y de los más altos placeres. No quiero salir, sino que tu entres. O, si saliera, sería por tu petición y solo para adentrarme en tu propiedad, y, con el tiempo, volverme tu dueño. Es que, además, yo no tengo las llaves rosas, las tienes tu. ¿Cómo podría, entonces, yo decidir si salgo o entras?

Hay que tener cuidado con esas llaves: son celosas. Podrás encontrarlas mil veces, pero perderlas solo una vez. Si tu abandonas las llaves rosas, ¿cómo llegarás a mi?, ¿cómo saldré yo, a tu patio, a jugar?.