Dicen que, cuando una puerta se te cierra, siempre queda una ventana.
Lo que nunca te dicen es que, a veces, la ventana que se abre está en el décimo piso!
Me he dado cuenta que, una gran parte de las oportunidades, se pierden por llegar demasiado temprano.
Todos se quejan de las que llegan demasiado tarde; pero no se han puesto a pensar en todas aquellas que llegan muy temprano?
Como la chica de tus sueños, aquella que estaba diseñada para hacerte feliz el resto de tu vida.... pero llegó cuando tenías ocho años...
O como cuando se ofrecen un muy buen trabajo, pero sucede que, justo en la entrevista de trabajo, y cuando aparentemente todos estaban convencidos, se dan cuenta que te falta un mísero semestre para obtener el título necesario...
Considero mucho más grave aquellas que llegan temprano, pues ante las que llegan tarde te cabe el recurso digno de la resignación; pero aquellas que llegan temprano, las ves pasar frente a tus ojos... sonriéndote, pues algún día serás capaz de afrontar esas oportunidades... pero no hoy. ¿Cómo resignarse?
Resignarse cuando alguien te dice que está muy conforme con tu trabajo, pero que solo tienes 20 años?
Que cosas tiene la vida .... ahora quien está demasiado viejo ya no puede acceder a un trabajo digno.... y el que es demasiado joven tampoco.
Nadie se toma la molestia de examinar tus capacidades; simplemente ASUMEN que eres incapaz, por el hecho e no contar con "experiencia".
Y la pongo entre comillas, porque aún está la mala costumbre de confundir experiencia con edad. Acaso un joven que ha dedicado todos los diaz de los últimos años a perfeccionarse en algún sentido, no puede estar tan o más capacitado que un viejo que ha dedicado algunos días de cada mes a hacer lo mismo, pero durante mas años?
Me resisto a soportar la tilde de incapaz. No por mi edad. No por tener agujeradas las orejas. No por tener cara de niño.
Mídanme... mídanme justamente y entonces les haré desistir de sus ideas.
O desistiré de las mías.... pero no antes de ser medido.
Mídanme!!!