Se han dado cuenta de cuántas veces nos esmeramos hasta el límite de la esperanza, en hacer algo que, de todos modos, no resulta como lo esperamos?
No se como llamar a este fenómeno: el fracaso perfecto?
Cinco años en la universidad, siempre con buenos resultados en las calificaciones, sin problemas de ningún tipo... y el último año, ese que era el infallable, justo ese es el que me trae más problemas. Supongo que fallé. (?)
Sin embargo, la desesperanza no se apropia aún de mis sentidos, es como si algo muy adentro me dijera que así deben de sucederse las cosas, y que, aunque no me agrade, todo está bien: todo está como se supone que debe estar.
No me estoy rindiendo, aunque las fuerzas a veces faltan; pero tampoco es que sienta en mi la llama de la lucha, ni presiento un reto digno de ser superado.
Simplemente así están las cosas, así deben ser, por algún motivo creo que es esta la manera en que el Jugador Divino ha presupuestado esta existencia para mi...
Y si no es así, pues simplemente he fallado, y tendré mucho más tiempo para redimir el error que he cometido, aunque no se cual es.
Lo peor es que aún no he sido vencido, nadie me ha dicho que he fallado, ni está en peligro mi porvenir inmediato, pero siento como que algo se estubiera confabulando en mi contra. Como se, de algún modo, las cosas se conceban en complot contra mis esperanzas.
Pero insisto, aún no estoy vencido, ni lo estaré jamás.